La Ermita del Cristo de San Felices es un emblemático templo de estilo románico que destaca por su arquitectura austera y su entorno natural. Su construcción data del siglo XII, lo que la convierte en un importante vestigio histórico de la región. Entre sus características más notables se encuentran su ábside semicircular y las bellas esculturas que adornan su fachada, que reflejan la maestría de los artesanos de la época. Este lugar no solo es un punto de interés arquitectónico, sino que también es un sitio de devoción popular, donde se celebran festividades en honor al Cristo de San Felices, atrayendo a numerosos visitantes y fieles que buscan conectar con su historia y espiritualidad.